Empezó como un golpe. Una bala. Un hombre.

Mis órdenes son claras: acercarme al heredero de la mafia, Eli Monti, jugar con su cabeza y esperar la señal. Acabar con él.

Pensé que sería mi blanco más fácil hasta ahora. Pero de alguna manera yo soy la que está siendo manipulada.

Eli siempre consigue lo que quiere, y ahora me quiere a mí.

Su vengativa propuesta no es una petición. Es una exigencia.

Cuando juegas con un hombre que los ha dominado toda su vida, aprendes algunos trucos nuevos.

Lo primero de la lista: Encontrar la mejor manera de matar a mi prometido falso.