Involucrarme con el sello discográfico equivocado mientras ascendía a la cima ha amenazado mi carrera de un modo que nunca vi venir. Ante el temor de que me cancelen y la inminente publicación de mi álbum de debut, mi nuevo representante de relaciones públicas tiene la solución: Una relación totalmente falsa y perfectamente escenificada, con citas públicas, tomadas de la mano para las cámaras y una cláusula de no enamoramiento.

Una temporada. Sin ataduras. Sin riesgos.

Soy uno de los mejores jugadores de béisbol, dentro y fuera del campo. Pero ahora, mis patrocinadores me respiran en la nuca. O limpio mi imagen de mujeriego, o puedo perder patrocinadores y millones de dólares. Mi agente sugiere una falsa relación con el nuevo encanto de la música country. Me parece bien.

Fingirlo es fácil... al principio.

Entre sesiones nocturnas de composición de canciones, discusiones acaloradas que se convierten en algo más y un beso que no estaba destinado a las cámaras, la línea entre lo fingido y lo real empieza a difuminarse. Y cuando lo que está en juego aumenta, Delilah y Damien tienen que preguntarse a sí mismos:

¿Siguen fingiendo... o ha sido real todo el tiempo?