El trabajo de una asesina nunca termina.

Con cuarenta y nueve asesinatos a mis espaldas, el ascenso está a un asesinato de distancia. Un sueldo mejor y un apartamento de lujo en el Soho son parte del trato. Todo lo que tengo que hacer para lograr mi objetivo es acabar con una escoria más.

No es gran cosa.

Hasta que lo es.

Cuando un hombre de ojos dorados y alas épicas interrumpe mi ceremonia de ascensión, todo lo que sabía que era cierto se vuelve del revés.

Soy un arma.

Una llave.

Y estoy a un asesinato de abrir las puertas del inframundo y desatar una legión de demonios.

Es hora de expiar y rápido.

Pero la expiación viene con su propio precio. El problema es que no estoy segura de poder pagarlo.