Pasar el verano en un viñedo suena idílico. Desafortunadamente, mi sueño californiano viene con condiciones: forzada proximidad con el grosero y arrogante Beckett Heyward.

El multimillonario más gruñón del mundo me odia y, bueno, lo entiendo, soy la hija de su enemiga jurada. Pero no es mi culpa que su padre me haya legado la mitad de la finca de Sutton Ridge.

No es que todavía seamos dueños de ella. Primero, tenemos que cumplir las condiciones: vivir y trabajar en el viñedo durante tres meses consecutivos. Juntos.

Dios, ayúdame. No sé cómo sobreviviré tres segundos bajo el escrutinio de su penetrante mirada azul, y mucho menos tres meses.

¿Qué me importa si el chico que me gustaba de la infancia luce pecaminosamente delicioso sin camisa y empuña un hacha como un sexy leñador? La única vez que el Príncipe Desencantado cumple mis fantasías es en mis sueños.

Hasta que una noche en un bar local lo cambia todo. De repente, nuestro combate empieza a parecer un juego previo, su cruel máscara cae y, antes de que me dé cuenta, me hace desmayar y rogar por más.

Pero enamorarme de mi acérrimo rival sería un gran error. Estoy decidida a salvar el viñedo; él tiene la misión de vengarse. Si no tengo cuidado, acabará destruyéndome en el proceso.

Lástima que nunca voy por lo seguro.