Alguna vez has dicho una mentira, una falsedad insignificante, que cobra vida propia. Eso es lo que me pasó hace tres años, cuando le dije a mi nuevo jefe que tenía novio. En aquel momento, tenía buenas razones, pero ahora me pregunto si mi mentira me ha retenido en la sala de juntas cuando podría haber estado en el dormitorio de JD.

Fuera de los límites. Ya está tomada. No es mía. Estos son los pensamientos que me pasan por la cabeza cuando miro a mi asistente. Aun así, no puedo quitarme la sensación de que me pertenece. 

Cuando descubro que me ha estado mintiendo y que su “novio” no es real, se acabaron las apuestas. Es hora de hacerla mía.

Me he valido por mí misma toda mi vida. Dependo de mí misma y de nadie más. Es el código por el que me rijo, la única forma de sobrevivir a mi solitaria vida. Como influencer en las redes sociales, recorro el país en mi furgoneta hippy restaurada con mi perro y todas mis pertenencias. Soy libre, no estoy atada a nada.

Cada vez que he intentado echar raíces, alguien ha venido y me ha cortado los tallos. Jude Winslow parece diferente. Toda su familia es diferente a todo lo que he experimentado en hogares de acogida. Sé que puedo confiar en mí misma, pero ¿y en su corazón?

He pasado la última década cuidando de mi abuela anciana y de tres hermanas pequeñas huérfanas. Entre mis obligaciones familiares y mi trabajo como mecánico en el taller familiar, no tengo tiempo ni energía para una vida amorosa. 

Entonces conozco a la voluptuosa Emory Travis y todo cambia. Podría pensar que me alegraría de que fuera tan independiente, pero en lugar de eso, me encuentro deseando que me necesite. Sé que es la indicada para mí, pero ¿cómo puedo convencer a esta mujer perfecta, fuerte y testaruda de que soy el hombre para ella?

Érase una vez Donovan Jewel, era el chico de al lado. Luego se convirtió en la pesadilla de mi existencia en la escuela secundaria... bueno, técnicamente fue su novia. 

Ya no es un problema, ahora que los dos somos adultos y Donovan ya ni

siquiera vive en Saddle Creek (es una superestrella del fútbol americano en Austin). 

Excepto... Ahora mi mamá se va a casar con su papá. Espera, ¿qué?

Me enamoré de la chica de al lado desde que tenía once años. No es que Kathryn me haya dado la hora del día desde que llegamos a la pubertad y me sorprendió mirando sus realmente grandes... ojos. 

Pero ahora soy un hombre adulto y no voy a arrastrarme donde no me llaman. Excepto, que ella está a punto de ser mi hermanastra. Y nuestras familias nos han engañado para pasar el fin de semana juntos para “solucionar esto de una vez por todas”. 

¿Puedo pasar un fin de semana con ella sin decirle lo que realmente siento? No, si no deja de mirarme así, no puedo.