Nuestro mayor éxito es una canción de amor que escribí para mi compañero de banda. Y él no tiene idea. 

El letrista Les Graves, de pelo desordenado y ojos conmovedores, se aferra al credo hedonista de consumir en todos los ámbitos de la vida. Tiene problemas para quedarse quieto, para mantenerse sobrio, para ser puntual, pero si se le pone un bolígrafo en la mano, puede hacer arder una página. 

La música fue el boleto de Evan Porter para salir del charco de lodo en el que nació, la pasión que lo mantenía caliente mientras trabajaba en las esquinas, el combustible para un trabajo de camarero sin futuro. Cada acorde, cada canción, cada gramo de sudor se ha dedicado a hacer de Porter & Graves un éxito. Él es la cabeza fría, el maestro silencioso, el cinturón de seguridad que evita que Les vuele demasiado lejos de su control. Y se está cansando bastante de jugar al salvador. 

Sus diferencias solían ser una parte de la razón por la que trabajaban tan bien juntos. Ahora parecen alejarlos aún más.   Después de que el tercer álbum de Porter & Graves sea un fracaso, la presión es para que se rediman con el cuarto. Pero mientras se refugian en una cabaña del este de Tennessee para escribir, las cosas dan un giro hacia lo peor cuando un suceso de su pasado vuelve a perseguirlos de forma vergonzosamente pública, y los obliga a tomar una posición inusual que pone a prueba una asociación que ya cuelga de sus sangrientas raíces. 

Mientras se enfrentan a sentimientos enterrados y nuevos deseos, tanto su carrera musical como su amistad están en juego.