Solía tener grandes sueños: terminar la universidad, hacer bellas obras de arte y, al mismo tiempo, hacerme cargo del negocio de mi padre. 

Él quería un legado, y yo quería dárselo. Pero su enfermedad no formaba parte del plan. 

Tampoco lo era su repentina necesidad de mantenerme encerrada en nuestra mansión, segura y aislada. Yo quería más de la vida, pero sólo podía pasarme los días esperando. 

Hasta que una noche me encuentro cara a cara con un motorista callejero de un mundo muy distinto al mío. 

Lo que empieza siendo él acechándome, rápidamente se convierte en algo más profundo, y más mortal. 

Me estoy enamorando de un hombre que es todo lo que debería temer, y sin embargo es el único que me ha hecho sentir realmente viva. 

Pero amarlo significa arriesgarlo todo: mi corazón, mi futuro y a mi padre.

La venganza ha sido mi motor desde que tengo memoria. 

Cameron Fletcher me lo robó todo y he pasado años planeando la forma perfecta de recuperarlo. 

Cuando el destino pone a su hija en mi punto de mira, sé que he encontrado la clave de su destrucción.

Pero desde el momento en que la conozco, mis planes empiezan a desbaratarse. 

Regan es todo lo que no esperaba y no puedo evitar sentirme atraído por ella. 

Lo que empieza como un retorcido juego de venganza se convierte en una obsesión.

La necesito, pero también necesito destruir a su padre.

Los límites entre el amor y la venganza se desdibujan, y no estoy seguro de dónde acaba uno y empieza el otro.