La moral no tiene cabida en mi trabajo. La Agencia de Seguridad Monster se mantiene en terreno neutral. Mientras el cliente pague, no cuestionamos sus motivos. Especialmente cuando el trabajo es tan fácil como el que tengo ahora. Solo tengo que estar de guardia fuera de una puerta de acero en el sótano de un científico loco. Ni siquiera necesito saber a quién o qué estoy protegiendo.

Pero un día, echo un vistazo detrás de la puerta. Desde el rincón más alejado del sótano, unos brillantes ojos azules me miran. Cabello oscuro, piel clara, mejillas con lágrimas y labios sellados con cinta adhesiva. Estoy condenado.

Esta mujer es mi pareja. Lo sé con una convicción sólida como una roca, y no me importa cuánto me estén pagando para mantenerla aquí.

Se coló en mi frío corazón de serpiente como una ladrona en la noche.

La pequeña humana me contrató para protegerla de la venganza de una poderosa organización. No hay nada malo en ello, salvo que les robó, la pillaron y ahora tengo que arreglar su desastre. Si a eso le añadimos su incesante parloteo, me espera el trabajo más desagradable de mi carrera, hasta que sus enemigos sacan la artillería pesada y convierten la fastidiosa misión de protección en una lucha letal por la supervivencia. La necesidad empuja a mi jefa cada vez más cerca, demasiado cerca para mi comodidad. Obligado a esconderme en espacios reducidos, con su piel rozándome las escamas y su cálido aliento en la cara, mi exasperación da paso a la lujuria. Todo lo que quiero es enterrar mis dos pollas en su cuerpo apretado y sentir cómo se retuerce de placer debajo de mí. Nada más que eso. Porque es imposible que pueda desearla a ella, la molesta y valiente ladronzuela que hace que el sol brille con una de sus sonrisas. 

Una cosa es segura, esto ya no es sólo un trabajo. Y voy a masacrar a todo el que quiera hacerle daño.

Para los de mi especie, estar sin pareja es estar condenado. Sé que es demasiado tarde: lo único que me espera es la jubilación y la muerte, y lo he aceptado.

Pero cuando una misión suicida aterriza en la mesa de mi antiguo jefe, es a mí a quien llama. ¿Quién mejor para acometer la misión en las profundas y opresivas minas de mi propia patria ancestral, si no un Arachnae ya destinado a morir? Y no es una misión de rescate: quiere que recupere el cadáver de la hija de un multimillonario secuestrada por una organización terrorista.

Excepto que nuestra información era errónea.

Está viva. Torturada y herida, pero viva.

Y desde el momento en que la huelo, estoy seguro de que es mi compañera.

Se encoge de miedo cuando me ve, pero no me detendré ante nada para protegerla.

Y ahora que tengo una razón para vivir... mucha gente va a morir.

Un kraken, un científico y un amante bajo presión...

Como guardaespaldas kraken, rara vez tengo clientes humanos. Cuando lo hago, la única forma de protegerlos es formar un vínculo telepático. No me gusta, pero tras la muerte de mi esposa hace años, he aprendido a construir un escudo impenetrable en torno a mí y a mis emociones, hasta que conozco a mi última clienta. Es una científica que investiga una antigua reliquia en el fondo del océano. El plano abisal no es lugar para humanos, pero el trabajo es el trabajo, así que apago mi alma, entierro mis secretos y enlazo nuestras mentes.

El torrente de sus emociones me coge por sorpresa. Creía que yo estaría al mando, pero nuestro vínculo nos está desnudando a los dos, capa tras capa, hasta que ella puede ver mis heridas sangrantes y yo puedo saborear sus deseos no expresados.

No podemos estar juntos. Ni siquiera podemos tocarnos. Ella respira aire, y yo vivo a alta presión en el fondo del océano. Nuestros sentimientos sólo nos traen tormento, y sé que cuando ella vuelva a tierra firme, tendré que romper nuestro vínculo.

Pero cuando sea traicionada por la gente para la que trabaja y su vida corra peligro, no descansaré hasta que esté a salvo entre mis brazos.

Soy una fuerza de la naturaleza, sin forma e indomable, hasta que me encuentro con ella.

Debo escoltar a la prometida humana hasta su destino: el matrimonio con una de las familias más influyentes del estado. Su marido es un líder espiritual, y tiene una condición: ella debe demostrar que es digna. A través de los bosques más profundos, ella debe caminar sola para reunirse con él en el lujoso y aislado resort donde sus destinos se unirán. Sin embargo, el padre de la novia no es cruel. Sabe que el bosque es peligroso, así que me contrata para escoltar y proteger a su hija.

Porque puedo convertirme en uno con los árboles...

Debo protegerla de las sombras. Mi voz, el susurro de las hojas, mis manos, las ramas a las que se aferra. Nunca debe saber que estoy ahí, aunque su dulce inocencia persuada a mi cuerpo para que adopte una forma que nos permita tocarnos. Cambio lo que soy, sólo por ella.

Este amor está prohibido. Ella pertenece a otra persona, y yo pertenezco al bosque.

Ella encendió un fuego en mi corazón frío y sin emociones. Ahora, todo lo que veo y siento es a ella.

Soy un asesino despiadado de las profundidades, el encargado de las misiones submarinas más peligrosas de la Monster Security Agency (MSA). No sé lo que es el miedo ni las emociones, y eso me hace eficiente, aunque demasiado insensible para tratar con clientes.

Aunque el trabajo de protección cercana no es lo mío, me han asignado a una humana para proteger: una testigo que va a declarar contra una organización criminal. Es frágil, pegajosa y demasiado cálida. La detesto al instante; su naturaleza afectuosa choca con la mía. Pero esta misión viene de las altas esferas, y no puedo rechazarla.

Cada minuto a su lado es una molestia, hasta que quedamos atrapados en una cueva submarina, donde su supervivencia depende de estar peligrosamente cerca de mí. Su toque cálido sobre mi piel es como una corriente poderosa que rompe mis defensas. Sus ojos confiados, fijos en los míos, destruyen mi tranquilidad. Por primera vez, me inunda un torrente de emociones.

Y todas giran en torno a ella. Estoy atrapado, mi corazón y cuerpo palpitan al ritmo de estos nuevos sentimientos. La única manera de calmar el dolor es tener más de ella: más caricias, más sonrisas, más afecto. La deseo, aunque sé que soy un monstruo y un asesino, y que ella merece algo mejor.

No soy lo suficientemente noble como para dejarla ir.

Es tan perfecta e inocente. La arrastraré a la obscenidad. 

La hija del senador está en la mira de terroristas expertos en control mental. Con su vida de alto perfil, llena de presentaciones de ballet, galas benéficas y eventos políticos sofocantes, soy lo último que necesita para protegerla. No encajo en la sociedad de modales finos. Pero, lamentablemente, soy el único guardaespaldas de la Monster Security Agency que puede resistir el control mental.

Pronto descubro que protegerla es mucho más emocionante de lo que había previsto. Mi protegida, tan contenida y formal, es un deleite de provocar. Su rígida educación no la ha preparado para alguien tan letal, grosero y absolutamente irreverente.

Ella no puede evitar sentir curiosidad. Y mientras sus ojos de inocente cierva recorren la forma de mi cráneo y se detienen en mi boca, los míos se sienten atraídos por sus modales impecables y su peinado perfectamente recogido. Me pregunto qué se necesitará para verla completamente desinhibida.

Cuando fantaseo con tatuar mi nombre en su piel, sé que estoy demasiado hundido en esto, tanto para su bien como para el mío. Pero ya es tarde. Esta dulce princesa vestida de rosa será mía, sin importar cuántos cráneos tenga que aplastar para conseguirla.

Nadie sobrevive a contratarme.

Ni siquiera ella.

Soy una Pesadilla, una criatura que se alimenta del miedo y es capaz de una crueldad sin límites; por eso mis servicios cuestan caro: la vida de quien me contrata. Así que, como imaginarás, solo me buscan aquellos que el destino ha empujado a mí, como Mina, una mujer tan desesperada por vengarse que está dispuesta a pagar con su propia vida para lograrlo.

Por lo general, no me importa por qué me contratan. Los asuntos humanos me tienen sin cuidado. La comida es comida, y un trabajo es un trabajo.

Los enemigos de Mina recibirán lo que merecen, y yo obtendré lo que me corresponde:

Su corazón palpitante.