Ella es la animadora virginal y él es el chico malo torturado. Sus mundos son diferentes, pero la vida universitaria en la Universidad Dickson los une en una colisión apasionada, angustiosa y ardiente.

Finn Hayes es lo que las chicas de mi edad llamarían «estúpidamente sexy». Es guapo, tiene unos ojos marrones que me recuerdan a las galletas de chocolate calientes y una constitución alta y musculosa que da envidia a las esculturas de mármol.

Bandera verde, ¿verdad?

Pues no.

También es melancólico, cerrado y tan complejo que parece que necesito un decodificador para descifrarlo.

No se parece a nadie que haya conocido y lucha como si hubiera salido del vientre materno con los puños en alto, derribando a mi ex novio y a un ex luchador de la UFC con facilidad.

Pero la sociedad clandestina de nuestra universidad, conocida como Doble C, no tiene nada que envidiarle en cuanto a secretos, y es ese toque misterioso lo que me hace volver por más.

Esto es más que la historia de cómo Finn y yo nos enamoramos.

Es la prueba de que el amor tiene una curva de aprendizaje. A veces tienes éxito, y a veces... te destruye.

El mariscal de campo estrella de la Universidad Dickson y chico dorado del campus está acostumbrado a ganar dentro y fuera del campo... hasta que conoce a la mujer que cambia el juego.

Blake Boden es la distracción definitiva: tan atractivo que da rabia, enigmático y lo suficientemente seguro de sí mismo como para hacerme rechinar los dientes.

Es el tipo de hombre que podría encantar a cualquiera con una sola sonrisa y, de alguna manera, me he convertido en su último desafío.

Solo que yo no acepto desafíos, y no me gusta el amor. ¿Las emociones? Solo reacciones químicas. ¿Las distracciones? No están en mi agenda.

Pero él tiene una vena obstinada que no me deja en paz, y yo tengo que entregar una tesis al final del semestre sobre investigación asistida por ordenador que podría poner a prueba un poco más.

Analizaré su encanto, seguiré mis reacciones y demostraré de una vez por todas que la atracción no es más que ciencia... y que el amor es un mero producto de la imaginación.

Hipótesis: El tiempo con Blake Boden es puramente científico.

Conclusión: No solo está rompiendo mis reglas, sino que las está reescribiendo.