Después de un mal año atrapada en un trabajo que odiaba, sintiéndose cada día menos realizada, Maribelle decidió empacar su vida y regresar al lugar donde recordaba sentirse más feliz. La cabaña donde pasaba los veranos con su abuela cuando aún estaba viva.

Un lugar lleno de folklore sobre las criaturas que vivían en el bosque, historias que Maribelle siempre pensó que eran divagaciones tontas y supersticiosas de una anciana.

Resulta que había criaturas.

Y una de ellas había puesto su mirada en ella.