Melody es una estrella del rock.

Todo el mundo quiere un pedazo de ella, pero yo no. Yo no quiero solo un pedazo. Quiero todo de ella.

Su cuerpo, su corazón, su alma.

Pero sé que si le admito eso, no podré detenerme solo con palabras. La única forma de protegerla es guardándome mis manos y mis sentimientos. Hasta la noche en que todos los muros que nos separan se derrumben.

Cuando estoy en el escenario, cantando a pleno pulmón con el resto de mi banda de chicas, puedo parecer una diosa del rock, pero fuera del escenario, solo tengo ojos para un hombre: Hayes. Mi guardaespaldas, mi mejor amigo, mi amor secreto. 

El deseo más profundo de mi corazón.

Pero él ha sido mi detalle personal desde hace cinco años. Si compartiera mis sentimientos, ¿no habría hecho su movimiento antes?