Siempre tengo cuidado de no mostrar mi cara, así que ¿por qué me siento observada cuando se apaga la webcam? Nadie debería saber quién soy ni dónde encontrarme, pero lo hicieron, y las cosas se descontrolaron rápidamente.

Los dos trastornados que llenan el chat de mi transmisión en directo con todas las cosas depravadas que quieren hacerme están más cerca de lo que creo. Para ellos no soy más que una pequeña y bonita provocadora, y su obsesión se convierte en mucho más de lo que esperaba.

Sin embargo, en cuanto mi avión aterriza en San Agustín tres días antes del comienzo del semestre de primavera, me esperan mis más dulces pesadillas, recordándome todas las razones por las que no debería caer presa nuevamente de sus obsesivos afectos…

Me he convencido a mí misma de que tengo que acabar con esto antes de ser yo la que acabe con un cuchillo clavado en el estómago; de que Oliver y Rook son la peor clase de personas y, desde luego, no son capaces de amar.

Hasta que ocurre lo impensable, dejándome rota, devastada y cuestionándome todas mis decisiones recientes. De repente, ya no sé lo que está bien y lo que está mal, y su oscuridad me atrae hacia mis límites fragmentados, prometiéndome algo que no puedo encontrar lejos de sus brazos. 

Porque una vez que me entregue a la maldad que ofrecen, nunca podré volver a ser quien era. Y eso es exactamente ellos esperan de mí.

Pensé que me sentiría rota después de lo que pasó. 

Resulta que matar al hombre que me hizo daño cambió eso. 

Cuando vuelvo a la universidad para mis últimas clases previas a la graduación, encuentro la normalidad por primera vez en meses. A pesar de sentirme cómoda, no puedo darle ni a Rook ni a Oliver la respuesta que tan claramente quieren, aunque no sea la que les gustaría oír. Tienen que entender que no es tan fácil.

 

¿Verdad? 

Pero seguirlos a través del país trae algo más que nuevos problemas en la convivencia y adaptarme a su estilo de vida. Salen a la luz asuntos que no he resuelto, y ahí es cuando empiezo a sospechar que no soy tan normal como siempre creí, después de matar al profesor que me arruinó. 

Con un nuevo "amigo" que me ofrece la ayuda que necesito y Rook guardando secretos que demuestran que no confía en mí, es difícil apoyarse en nadie para obtener respuestas. Sobre todo, cuando viejos impulsos me invaden y empiezo a buscar razones para hacer daño a alguien por lo que le he visto hacer. 

Cuando ya no puedo inculpar de mis ansías a un depredador externo, me veo obligada a enfrentarme a una posibilidad aterradora. 

Quizá siempre he sido más parecida a ellos de lo que pensaba.