El peso del legado que llevo es un tirón constante en mi mente, con los fantasmas de las generaciones anteriores a mí siempre susurrándome que me esfuerce más, que entrene más tiempo y que sea mejor.

En los ocho segundos que monto, todo lo demás se desvanece y mi único objetivo es hacer lo que mejor hago.

Soy Shooter Graham, jinete de broncos tres veces campeón mundial consecutivo. Nadie ha estado nunca cerca de tener el título desde que yo lo obtuve... hasta él.

Sterling Addams. El nuevo vaquero de la ciudad con cabello oscuro, ojos como la miel y un gusto por mí que le gusta fingir que no tiene.

Es novato... pero es bueno. Demasiado bueno.

De repente, la ya fuerte presión a la que me encuentro sometido se multiplica por diez. La necesidad de vencerlo, el impulso incontrolable de ponerlo en su lugar, se convierte casi en una obsesión.

La pregunta es, ¿hasta dónde llegaré para demostrar que soy el número uno?

Lee este pequeño extra si te gustaría ver qué tiene a Sterling tan ansioso por mostrarle a Shooter.

Montar caballos broncos siempre ha sido mi enfoque principal, el plan es simple: trabajar duro, convertirme en profesional, mostrarle al mundo de qué estoy hecho. No ha sido fácil, pero lo logré con dedicación y mucha determinación.

Mis sueños se hicieron realidad, mi vida más que cumplida… O eso pensaba.

Nunca supe cuánto más anhelaba hasta que me detuve para ayudar a un extraño al costado de una carretera de un solo carril una fría tarde de otoño.

No podría ser más diferente que yo, con sus rizos desordenados y su esmalte de uñas negro.

Pero desde el momento en que me habló, nervioso y tenso, sentado en el asiento del conductor de su vehículo averiado, supe que quería conocerlo más. Conocerlo todo.

Esta necesidad imperiosa de conocerlo, de acercarme a él es nueva.

Él solo estará en la ciudad por un corto tiempo; Copper Lake será para él una parada temporal.

Acercarme a él es una tontería... Pero no puedo detenerme. No cuando me hace sentir cosas que nunca antes había sentido.

¿Qué pasará cuando él regrese a la ciudad y yo me quede detrás en el polvo viendo desaparecer sus luces traseras por el camino de tierra?

Regla número uno: no enamorarme de mi cuñado.

Debería ser fácil, ¿verdad?

Te equivocas.

Cuando me mudé con mi hermana durante las vacaciones de verano, no tenía intención de regresar a la universidad en otoño. Un viaje de trabajo para ella significó mucho tiempo a solas para mí con su esposo. Boone Stanton. Jinete de toros de fama mundial y muy, muy fuera de los límites.

Unas cuantas conversaciones profundas a altas horas de la noche entre nosotros dos, solo el cielo de medianoche siendo nuestro testigo, y de repente, no puedo apartar la mirada. No puedo dejar de pensar en él.

Está la forma en que trabaja en el jardín, sudoroso y sin camisa. La forma en que sus ojos se suavizan y se vuelve juguetón alrededor de su hija. Y la forma en que me hace sentir visto. La forma en que lentamente está erosionando mi exterior sin que yo siquiera me dé cuenta.

Entonces una noche veo algo que no debería. Algo que me hace la boca agua y el corazón se me acelera. Excepto que cuando me atrapa, en lugar de detenerse y reprenderme, él… continúa.

Ahora tengo la oportunidad de mi vida, pero significa salir de viaje con él. Significa vivir en espacios aún más reducidos que antes. También significa esforzarme más en mantener mis manos quietas y mi mirada alejada de sus ojos oscuros y observadores.

Pero yo soy un simple mortal, y es solo cuestión de tiempo antes de que me derrumbe. Antes de ceder y hacer algo de lo que no pueda retractarme.

Algo que podría costarme todo.

Hay cosas que no se deben hacer…

Mentir.

Robar.

Infringir la ley.

Y bajo ninguna circunstancia acostarte con el hijo de tu mejor amigo.

Siempre me he enorgullecido de ser un buen hombre. Después de todo, soy médico.

Me considero un hombre que sigue las normas a rajatabla.

Un hombre con una moral firme y una conciencia tranquila.

Eso es hasta que una noche fuera de la ciudad con demasiados tragos encima me encuentro desnudo y sudando con la única persona con la que no debería estar revolcándome entre las sábanas…

Colt Bishop.

Jinete de toros profesional. Hijo de mi mejor amigo. Y ahora mi recuerdo más pecaminoso. Uno que, a pesar de mis mejores esfuerzos, se niega a abandonar mi mente.

Después de que mi padre se jubila, tomo la decisión de volver a mudarme a Copper Lake y hacerme cargo del negocio familiar. Evitar a Colt y cada recuerdo erótico que viene con él se vuelve imposible.

Es coqueto. Sinvergüenza. Sugerente.

Por no mencionar que le doblo la edad.

Mantener la distancia y la ropa puesta debería ser fácil... ¿por qué no lo es?