Se ha convertido en mi obsesión. La odio por eso.

La secuestré por otra razón.

¿Pero ahora? Ahora no creo que la deje marchar.

Jayden nos trajo a casa un bonito y asesino juguetito. Creo que me la voy a quedar.

Estoy secuestrada por dos hombres retorcidos, peligrosos y hambrientos. No conozco ninguna de las reglas de este jodido juego que me obligan a jugar.

Bueno, sé que no se me permite huir. Nunca se me ha dado bien seguir las reglas.

Juegan con mi cuerpo y mi mente, forzándome a participar. Obligándome a que me guste. Pero las cosas se vuelven cada vez más peligrosas a medida que descubro la verdadera razón por la que me secuestraron. Y se hace cada vez más evidente lo que tengo que hacer para mantener a salvo tanto mi cuerpo como mi corazón... huir.