Ningún Trixikka ha puesto los ojos en una hembra antes. ¿La primera con la que tropiece? Es mía.

Las Diosas me bendijeron con un don cuando encontré una extraña criatura sin alas ni cola en las profundidades de la selva. Una hembra.

Mi hembra es lo más hermoso que he visto nunca. Su cuerpo es tan diferente del mío, pero esto sólo me excita. Es mi compañera, y tenemos todo el tiempo del mundo para que me enseñe esas diferencias.

Serena 

No creo en el amor. Pero hasta hace una semana, tampoco creía en los extraterrestres. Y, sin embargo, aquí estoy, abducida, varada en un planeta selvático y ahora rodeada por una tribu de alienígenas enormes y protectores con alas y colas. Al menos estos son los buenos.

Su líder, Rynn, está convencido de que soy la causa de que la piel de su pecho se ilumine como un árbol de Navidad, sobre todo la zona situada justo encima de su corazón. Pero eso es sólo una extraña reacción bioquímica alienígena. Como todo supuesto —amor—, ¿verdad?

¿Qué es peor que ser abducida por alienígenas y abandonada en un primitivo planeta selvático? Descubrir que estás embarazada.

Pero todo va a salir bien. Soy una mujer fuerte. Puedo hacer frente a dejar atrás a mi ex infiel en la tierra, y puedo hacer frente a hacer esto sola.

Con lo que no puedo es con el guerrero-alienígena alado de 2 metros que ha decidido que soy suya. Mavyx Segunda Lanza y yo no nos llevamos bien. Deberíamos estar lejos el uno del otro.

Entonces, ¿por qué le pido que me ayude cuando mis hormonas me tienen actuando como una gata en celo?