GWENDOLYN GOODE VIVE UNA VIDA ENCANTADA.

Como propietaria de una tienda de ocultismo en el centro de Salem, Massachusetts, está acostumbrada a todo lo extraño y de otro mundo. Pero cuando un sangriento sacrificio de animales se deja como advertencia fuera de su lugar de trabajo, la policía parece pensar que Gwen podría ser el objetivo de algunos verdaderos malhechores. De repente, su soleada existencia se ve plagada de peligros en forma de enloquecidos paganos, deshonestos empleados y nefastos secuaces. Y sólo hay un hombre que puede protegerla hasta que pase la tormenta...

GRAHAM GRAVES NO TIENE TIEMPO PARA TONTERÍAS DE BRUJAS.

No en su vida amorosa, y definitivamente no en su línea de trabajo. A pesar de las siempre presentes rarezas de su ciudad natal, el investigador privado y aclamado consultor policial se enorgullece de ser objetivo en cada caso que llega a su escritorio. Todo eso cambia cuando Gwendolyn, una mujer que se mete en su piel como ninguna otra, se encuentra en el punto de mira de peligrosos criminales. Graham está decidido a ponerla a salvo, incluso si su presencia pone a prueba su férrea determinación. Pero a medida que su mutua aversión se convierte en una inesperada atracción... se vuelve aún más decidido a convertirla en algo más:

EN SUYA.

IMOGEN WARNER PASÓ DIEZ AÑOS CORRIENDO ASUSTADA.

Tras una infancia bajo atención, la clarividente se fue de casa a los quince años sin mirar atrás. En la década posterior, se mudó de un lugar a otro como un fantasma, manteniendo la cabeza gacha, sus poderes ocultos y su nombre fuera de los periódicos. Pero el anonimato ya no es opción cuando se encuentra en Salem, Massachusetts.

A pesar de la determinación inicial de Imogen de mantener a todos a distancia, rápidamente queda atrapada en la magia única de la ciudad y de sus excéntricos residentes. Se siente como en casa por primera vez en.… nunca. Al menos, hasta que un detective local irritantemente persistente y atractivo le exige que use sus habilidades únicas para ayudar a resolver su último caso.

CADE HIGHTOWER NUNCA HUYE DE UNA PELEA.

Al condecorado detective le encantan los desafíos, ya sea con los expedientes del caso en su escritorio o con las mujeres en su cama. Queda inmediatamente cautivado por la hermosa recién llegada a su ciudad: la de ojos de bruja y un misterioso pasado. Cuanto más interactúa con Imogen, más quiere quitarle las capas una por una. (Y, mientras lo hace, quitarle la ropa pieza por pieza).

Lástima que no tenga tiempo para ninguna de las dos cosas. La principal prioridad de Cade es localizar al joven que pedía dulces y que aparentemente desapareció en el aire la noche de Halloween. Y está dispuesto a utilizar cualquier táctica, incluso las poco convencionales de Imogen, para llevar al niño a casa antes de que sea demasiado tarde.