¿Qué pasa cuando el capitán del equipo de hockey te besa delante de su ex?

Las cosas se ponen incómodas.

¿Qué pasa cuando te pide que seas su novia falsa?

Las cosas se ponen complicadas.

En un mundo en constante presión en el hockey universitario de Wittmore U, ser pasante del equipo significa más que supervisar entrenamientos agotadores y lesiones. Es lidiar con los colosales egos de los jugadores los que realmente ponen a prueba mi paciencia. Incluso si me vieran como algo más que un elemento más del vestuario creado para cuidar sus cuerpos, mi jefe ha dejado una cosa clara:

Estoy fuera de los límites.

Todo eso cambia en un instante cuando Reese Cain, el capitán mujeriego del equipo, me da un beso sorpresa en la cafetería del campus. De repente, soy el centro de atención, y no por mi extraño encanto. El capitán, al parecer, tiene motivos ocultos: necesita concentrarse en la temporada y, al mismo tiempo, convencer a su ex de que no está disponible. Aparentemente soy el peón perfecto en su juego.

Para alguien que se siente más cómoda con sudaderas con capucha que con fiestas en casa, las citas falsas con Reese son suficientes para reforzar tanto mi confianza como mi estatus social. Pero cuanto más seguimos con la farsa, nuestras barreras comienzan a desmoronarse, es difícil saber qué es real y qué es falso.

Especialmente lo bien que me hace sentir saber que le pertenezco.