Mamá soltera con curvas y el héroe herido. Juntos en un romance del mejor amigo del hermano.

Es la hermana pequeña de mi mejor amigo.

Una mamá soltera que no tiene tiempo que perder con un ex mercenario mayor y herido.

Ella está fuera de los límites.

Y aun así, me mudo a su ciudad natal.

Lo achaco a la oferta de trabajo y a la terapia que recibo en uno de los mejores centros de rehabilitación para héroes heridos.

Pero la verdad es que vine a Whiskey Run porque Abby Campbell y su hija están aquí.

Verás, una vez fui un hombre perdido. Perdido en el dolor. Perdido en la adicción.

La dulce cara de Abby es como salí del agujero negro en el que había estado sobreviviendo desde mi accidente.

Sin embargo, he cambiado una adicción por otra y a pesar de lo mucho que la amo, sé que podría no ser suficiente.

Puede que no sea el hombre que ella necesita... por mucho que quiera serlo.

La divorciada con curvas y el héroe herido. Juntos en un romance contra todo pronóstico.

Cuando estás en una cita con un hombre y recibes un mensaje de otro.

“No dejes que te toque esta noche. Eres mía y no comparto”...

Después de liberarme por fin de mi ex esposo infiel, no busco otro fracasado para siempre.

No, soy del tipo de mujer que no tiene pies ni cabeza. Eso es hasta que conozco a Jason Hawk.

El militar herido me atrae de inmediato, pero él cree que está demasiado dañado para mí. Ha pasado los dos últimos años creyendo que recuperaría la vista. Pero cuando descubre que no hay cura para su ceguera, está dispuesto a alejarse para darme mi libertad.

Estoy lista para algo más.

Por primera vez en mucho tiempo, quiero dar algo, a alguien, todo de mí.

Solo espero ser suficiente.

Es la hija de mi mejor amigo y no tengo por qué quererla como la quiero. Especialmente porque es mi culpa que su papá muriera. Llámalo culpa del sobreviviente, si quieres, pero sé que es culpa mía.

Aun así, cuando viene a pedirme ayuda, no puedo rechazarla. Lo que significa dormir en mi sofá para que ella pueda tomar mi cama.

Emerson es la tentación personificada. Ceder a mis deseos y tocarla me convertiría en la peor clase de hombre.

Pero todo el mundo tiene sus límites. Estar constantemente cerca de sus deliciosas curvas resulta ser mi perdición. Debería ser fruta prohibida, pero ya no me importa. La quiero y voy a hacerla mía.

Mi aventura de una noche ha vuelto a la ciudad.

Pensé que Elias era el elegido.

Después de solo una noche en sus brazos, capturó mi corazón. Se hicieron promesas.

Pero ninguna se cumplió.

Porque mi melancólico héroe militar desapareció.

Cinco años después, he seguido adelante.

Al menos eso es lo que me digo a mí misma cuando Elias aparece de nuevo.

No es el mismo hombre.

Está lleno de cicatrices, retraído y me acecha desde lejos. Quiero odiarlo, pero su efecto en mí es el mismo.

No debería quererlo.

Definitivamente no debería darle una segunda oportunidad.

Pero estas dos líneas rosas demuestran que nunca tuve oportunidad de resistirme a él.