Nadie sabe realmente quienes son. Sólo que son la primera civilización. Aeons, se llaman a sí mismos. Son inmortales. Poderosos. Reservados.

Y vendrán por ella.

La bruja Wynter Dellavale lo sabe con certeza. Porque al intentar ejecutarla injustamente, comenzaron una cadena de eventos que están luchando por detener.

Necesitando seguridad, huye a Devil Cradle, el hogar de los monstruos. Un lugar para los marginados, los fugitivos, los locos. Un lugar gobernado por los Antiguos, siete seres que una vez fueron desterrados por los Aeons. Entre los Antiguos se encuentra el infame Cain, hermano de Abel y encarnación de los celos, quien, por otra parte, la quiere en su cama.

Hay un alto precio por la seguridad que ofrecen los Antiguos, pero Wynter tendrá que pagarlo. No puede enfrentarse a los Aeons sola. Y ella no tiene ninguna intención de morir; ha estado allí, ha hecho eso.

No es que sea la presa fácil que esperan los Aeons. No tienen conocimiento de lo... que vive dentro de ella. Verás, cuando las brujas regresan del más allá, no siempre regresan iguales.

Y no siempre regresan solas.

Los Antiguos y los Aeones. Dos grupos de poderosos inmortales que no se han visto cara a cara durante milenios. Y ahora mismo, en el centro de su conflicto, se encuentra Wynter Dellavale.

Wynter es una bruja que buscó un refugio seguro para su aquelarre y ella en Devil Cradle. Fundada por siete seres antiguos, la Casa de los Monstruos brinda protección, refugio y nunca te entregará a los forasteros... siempre que pagues la tarifa sustancial de los Antiguos. Wynter ya lleva la marca de Cain: la marca de que está a su servicio y que su alma en parte le pertenece. Pero a medida que su relación se profundiza, Wynter tiene que tomar una decisión de la que no hay vuelta atrás.

Cain no puede revelar la pesadilla que vive dentro de él, la bestia que podría destrozar a la mujer que significa más para él de lo que jamás creyó posible. Pero con su hermano Abel en busca de venganza y la sospechosa reaparición de sus padres Adam y Eva, Cain ve que Devil Cradle está al borde de la guerra. A medida que aumentan los riesgos, Cain sabe que necesita más que nada mantener a Wynter a salvo y a su lado... para siempre.