Calista 

—Soy el monstruo que ellos crearon. Soy la puta de la están avergonzados. 

Cuando la vida trató de quebrarme, agarré a esa perra por el cuello y apreté.

Pensé que podía superar cualquier cosa. Juré que podía con él, pero después de haber sido obligada a jugar en el patio del Diablo acabé anhelando su toque. 

Una prueba de su veneno hizo que mis lealtades empezaran a flaquear.

Romero 

—Soy una pesadilla viviente, soy todo aquello que temen.

Me han llamado el Diablo, trastornado y salvaje. Viví bajo un código creado por almas rebeldes. Éramos pecadores y ladrones que no pedían disculpas por tomar lo que nos diera la gana. Salvar a una chica en el bosque nunca formó parte de mis planes, pero cuando vi la locura en sus ojos supe que era una pareja hecha en el infierno.

Ahora los secretos se acumulan, los cuerpos se pudren y el tiempo se agota para terminar lo que empecé.

Calista 

Enferma de mierda. 

Maníaca. 

Fuera de mi maldita mente. 

No estoy rota. Sólo estoy un poco dañada. 

Soy más fuerte ahora, más fuerte de lo que nunca supe. 

Y todo es gracias a él. 

Esto es sólo el comienzo, pero ya sé cómo va a terminar. 

Reclamaré mi trono y ellos serán enterrados en la tierra. 

Romero 

Desquiciado. 

Psicópata. 

Fuera de mi puta cabeza. 

Ambos sabemos cómo va a terminar todo. 

La sangre que derramamos manchará nuestras manos. 

No hay una advertencia por ahí que pueda preparar a alguien para esto. 

Grimm 

Paria. Mesías Oscuro. Presagio de la muerte.

Mi reputación siempre me ha precedido.

Soy el hermano de la reina de las Badlands.

Soy uno de los pocos confidentes de su prometido ‒el mismo diablo. 

¿Y esos rumores de que soy un asesino silencioso, un verdadero recolector de almas? Son verdaderas.

La gente nunca me ve venir. No discrimino, no tengo piedad, y no siento remordimiento.

Mi única lealtad es a mi familia y cuando alguien importante para ellos desaparece, prometo hacer lo que sea necesario para encontrarla y traerla de vuelta.

Arlen                                                                                 

Caprichosa. Imprudente. Una decepción para la familia.

Mi reputación nunca me ha precedido.

Se supone que soy esta malcriada, rica perra que hace todo lo que su papá le dice. Pero el dinero no significa nada para mí y mi paraíso era una bonita jaula en la que me negaba a estar atrapada. Luché para salir, encontré una nueva familia, y aunque fue duro a veces todo funcionó al final. Y luego me secuestraron.

Pensé que se había acabado para mí. Casi me rompo.

Debería haber sabido que él nunca dejaría que eso pasara.

Y debería haberme dado cuenta de que algo dentro de mí había cambiado.                                                                                                                                                                                            

Cobra 

As bajo la manga. Pecador. Frecuentemente distraído.

Puedo ser tu mejor amigo o tu peor pesadilla. 

Los Salvajes son mi familia y las Badlands nuestro paraíso.

Cuando eso se ve amenazado, nadie estará a salvo. La carnicería y el caos se despliegan a mi alrededor.

La lealtad será puesta a prueba. Las verdades se revelarán.

Cuando todo lo que conozco está a punto de arder, la única chica a la que intenté salvar puede acabar salvándome a mí.

Alma vieja. Autosuficiente. Usualmente estable.

Yo era una buena chica, la que veía la belleza en la gente.

Cuando el diablo me marcó, todo cambió.

El mundo al que he estado encadenada es despiadado y cruel.

Estaba dispuesta a dejarlo todo atrás, pero entonces me encontró de nuevo.

Necesitaba que me salvaran; necesitaba que me recordaran quién era. Nada podía prepararnos para lo que vino después.

Una noche de verano esa perra cruel llamada, destino, decidió que debíamos encontrarnos, desatando una cadena de eventos que cambiaría la vida de ambos para siempre. 

Odiarlo era innato. Amarlo fue inesperado. 

Yo era el fuego. Él era la dinamita. 

Juntos éramos catastróficos.

Lo que una vez fue dulce se ha vuelto vil. Codició la muerte. Prosperó en la oscuridad. Nuestros deseos sacrílegos corren desenfrenados. Nuestros demonios maléficos exigen ser saciados. La misericordia no encuentra refugio en nuestros corazones. 

La locura se corteja en nuestras mentes. 

Juntos, nos embarcamos en un camino saturado de sangre y cadáveres putrefactos. No nos detendremos hasta encontrar lo que buscamos. Si debemos incendiar este mundo, lo haremos y bailaremos entre las llamas.

Quiero el poder. 

Cam quiere penitencia.

Tengo un culto negro que respalda mis decisiones. Él tiene demonios hambrientos de carnicería. Todo iba bien. Hasta que llegó ella.

Ella es la fruta prohibida de la que debemos cuidarnos, pero algo carnal está creciendo entre nosotros. Ahora, con el aumento de las tensiones entre varias facciones, un baño de sangre se avecina en el horizonte. El caos y la destrucción empiezan a estallar en las Badlands. Todo se reduce a una cosa.

Sobrevivir a lo peor.

Más demencial que la locura. 

Más que enfermizo que cualquier enfermedad.

Samael era el epítome de una hermosa pesadilla. Juntos, éramos poesía. Del tipo que sangra y llora, un lío de eufórica felicidad y angustia desgarradora.

Prometí que estaría a su lado hasta el amargo final, pero después de demasiado tiempo necesitaba estar libre de él. Irme será una de las cosas más difíciles que había hecho nunca. Él vendría tras de mí, de eso estaba segura. Muchos perderían sus vidas, convirtiéndose en víctimas de nuestra guerra.

Cuando todo estuviera dicho y hecho, nuestra historia se susurraría en los rincones oscuros durante años por venir. 

Una historia de un lobo persiguiendo a un cordero, pero con un giro masoquista. Porque incluso los corderos tienen dientes, y éste muerde de verdad.